Cómo plantar lavanda paso a paso: cuidados, riego, poda
¿Buscas información para saber cómo plantar lavanda en tu casa? La lavanda es una de las plantas imprescindibles en nuestro jardín y terraza, no solo por su estética sino por el aroma que desprenden.
Es un excelente repelente de mosquitos en verano. Eso sí, atraen tanto avispas como abejas. Tenlo en cuenta a la hora de escoger el lugar donde vas a ubicarlas.
También es un excelente antipolillas en casa o un aceite buenísimo para la piel. Es una planta muy versátil.

¿Qué es la lavanda?
La lavanda (Lavandula), es una planta aromática que no solo añade belleza a tu jardín, sino que también ofrece numerosos beneficios, como propiedades calmantes y repelentes de insectos.
La lavanda no es una planta rústica. Es una planta de exterior.

Variedades de lavanda
Existen numerosas especies reconocidas de lavanda, y más de 450 variedades o cultivares desarrolladas a partir de estas especies. Todas pertenecen al género Lavandula, dentro de la familia Lamiaceae (la misma que incluye al romero, la menta y la albahaca). Estas especies se diferencian principalmente por el tipo de floración y la forma de las hojas.
Las variedades más frecuentes o conocidas incluyen:

Lavandula Angustifolia (lavanda común)
Es una de las variedades más populares. Se distingue por:
- Floración y duración: Florece más tarde que otras variedades, pero su floración puede mantenerse hasta el otoño.
- Resistencia como flor seca: Una vez cortadas, las flores de la angustifolia se conservan muy bien como flor seca, manteniendo su forma y aroma durante largo tiempo.
- Aspecto de las flores: Sus flores no son tan carnosas ni vistosas como las de otras variedades, pero destacan por su elegancia y su durabilidad.
- Tamaño de las hojas: Son alargadas y estrechas.

Lavandula Stoechas (lavanda francesa)
Conocida también como lavanda francesa o lavanda de mariposa, esta variedad presenta características muy diferentes:
- Floración temprana: Florece antes que la angustifolia, comenzando a finales del invierno.
- Duración de la floración: A diferencia de la angustifolia, su floración no se extiende hasta el otoño.
- Resistencia tras el corte: Las flores de la stoechas son más delicadas una vez cortadas, por lo que no se conservan tan bien como flor seca.
- Aspecto de la flor: Tiene flores más carnosas y con pétalos más vistosos, lo que le da un atractivo ornamental notable.

Lavandula Dentata (lavanda rizada)
Aunque en el texto original no se menciona información específica sobre esta variedad, se la incluye como una de las más frecuentes. La lavandula dentata suele reconocerse por:
- Hojas dentadas, de ahí su nombre.
- Un crecimiento compacto y ornamental, común en jardines decorativos.
- Una fragancia suave, distinta a la angustifolia.
Lavandula Latifolia (lavanda espliego)
También conocida como lavanda espiga o lavanda silvestre, esta variedad es menos usada en jardinería ornamental, pero es muy relevante en el ámbito industrial por su alto contenido en aceites esenciales.
- Aroma y composición: Su aroma es más penetrante y menos dulce que el de la angustifolia, debido a que contiene mayores cantidades de canfeno y cineol. Por eso, se emplea más en productos de limpieza o farmacéuticos que en perfumería fina.
- Hojas y tamaño: Presenta hojas más anchas (de ahí su nombre latifolia) y crece en matas más grandes y rústicas.
- Floración: Florece en verano, un poco más tarde que la stoechas, pero antes o a la par que la angustifolia dependiendo del clima.
- Resistencia y cultivo: Es muy resistente a condiciones secas y suelos pobres, y es común encontrarla en forma silvestre en regiones del Mediterráneo occidental.

¿Por qué plantar lavandas en tu casa?
Son plantas de fácil floración, bajo mantenimiento, aromáticas y de colores vivos que alegran cualquier espacio. No necesitan apenas cuidados.
Temperaturas ideales para la lavanda
La lavanda aguanta heladas, pero no aguantan un clima con nieve. La lavanda aguanta aproximadamente hasta los -5ºC.

Ciclo de vida
A la hora de decidir la época en la que plantar la lavanda, es importante que conozcas su ciclo de vida. La lavanda es una planta perenne, lo que significa que puede vivir y florecer durante varios años si se cuida bien. Después de sembrarla o trasplantarla, notarás que durante el primer año se enfoca más en desarrollar raíces fuertes que en producir flores abundantes.
A partir del segundo año, comenzará a florecer con más intensidad, generalmente en verano, entre Junio y Agosto. Durante el otoño e invierno, entra en una etapa de reposo, pero no muere, sino que conserva su estructura leñosa. Con una poda adecuada después de la floración y un buen drenaje del suelo, podrás disfrutar de su aroma y belleza año tras año.

Floración
Cuando cultivas lavanda, la floración es uno de los momentos más gratificantes del ciclo. Normalmente, comienza a florecer a finales de la primavera o principios del verano (junio-agosto en el hemisferio norte), y su punto máximo suele darse entre junio y agosto, dependiendo del clima de tu región. Verás cómo se forman espigas alargadas llenas de pequeñas flores de color violeta o púrpura, muy aromáticas y atractivas para abejas y mariposas. Para favorecer una floración abundante, asegúrate de que tu planta reciba sol directo al menos 6 horas al día y que el suelo drene bien. Además, si podas las flores marchitas, puedes estimular una segunda floración a finales del verano.
Cómo plantar lavanda paso a paso
Te explicamos según la forma que utilices para plantar lavanda.
Materiales y utensilios para sembrar lavanda
- Semillas de lavanda
- Compost o abono orgánico
- Regadera
- Pala de mano
Utensilios para cultivar lavanda en maceta
- Esquejes de lavanda
- Macetas (si decides cultivarla en maceta)
- Compost o abono orgánico
- Regadera
- Piedras pequeñas o grava (para mejorar el drenaje)
- Pala de mano
- Tierra para plantas
- Tijeras de podar
- Piedras pequeñas o grava (para mejorar el drenaje)
Utensilios para plantar lavanda en tierra o jardín
- Plántulas de lavanda
- Compost o abono orgánico
- Tijeras de podar
- Pala para jardín
- Piedras pequeñas o grava (para mejorar el drenaje)
Paso 0: Elige la variedad de lavanda y la forma de plantar lavanda
Revisa la información que te mostraba en el apartado de variedades de lavanda sobre el tipo de lavanda de tus esquejes.
Paso 1: Selección del lugar
Requiere al menos 6-8 horas de luz solar directa al día. Selecciona un lugar en tu jardín o patio que reciba pleno sol donde colocarás tu planta.
Paso 2: Preparación del suelo o la maceta
Cultivar lavanda en el suelo:
La lavanda prefiere suelos arenosos y bien drenados. Si tu suelo es pesado o arcilloso, enmiéndalo con arena y compost para mejorar el drenaje.
Mezcla el compost o abono orgánico con el suelo del jardín para enriquecerlo con nutrientes. Esto también mejorará la estructura del suelo y su capacidad de drenaje.
Cultivar lavanda en maceta:
Si cultivas lavanda en macetas, elige macetas de 4 o 5 litros con agujeros para que drene el agua. Coloca una capa de piedras pequeñas o grava en el fondo de la maceta para asegurar un buen drenaje.
Paso 3: Sembrar lavanda
Como cultivar lavanda desde semillas
Si utilizas semillas, siémbralas en bandejas biodegradables o pequeños semilleros como los que te muestro más abajo. No te olvides de hacerles agujeros. Cubre ligeramente las semillas con tierra.
Mantén las bandejas o macetas en un lugar cálido con buena luz solar. Las semillas de lavanda pueden tardar entre 2 y 4 semanas en germinar.
Una vez que las plantas tengan al menos 2-3 pares de hojas verdaderas y el clima sea favorable (generalmente después de la última helada), trasplántalas al jardín o a macetas más grandes.
Como cultivar lavanda con esquejes
Con los esquejes ya cortados de una planta de lavanda, coge tu
- Preparar el hoyo de plantación: Cava un hoyo que sea un poco más grande que el esqueje de lavanda.
- Plantar los esquejes: Coloca el esqueje en el hoyo y cúbrela con tierra, asegurándote de que el cepellón esté al mismo nivel que el suelo circundante.
- Espaciamiento: Si plantas varias lavandas, deja una distancia de aproximadamente 30-60 cm entre cada planta para permitir un buen flujo de aire y crecimiento.
Como cultivar lavanda en maceta
Para transplantar la planta debes sacarla de la maceta de compra y abrir con cuidado las raíces para que la planta respire.
Paso 4: Riego
La lavanda es exigente con los riegos. Conviene regala como mínimo una vez a la semana. Si vives en un lugar donde las lluvias son muy frecuentes, esto no sería necesario.
Si la tienes en maceta y no la riegas, verás como en menos de 4 o 5 días se secará. Es muy díficil que después de que se estropee, que regando te remonte.
Las raíces de la lavanda son muy delicadas. Si te pasas regando se pudren y la lavanda se estropea, si te quedas muy corto de riego la lavanda se seca y perece.
En lugares donde llueve con frecuencia si tiene buen suelo, se adaptará perfectamente. En las zonas que llueve muy poco hay que regarlas con frecuencia.
Eso sí, la lavanda pide sol, cuanto más sol mejor. Los principales problemas que vas a tener con la lavanda van a ser gestionar la cantidad de sol y de riego que necesite.
Para evitar que las raíces se encharquen nunca pongas plato bajo maceta.
Paso 5: Fertilizante para lavanda
Justo después de podarla. Le puedes echar un fertilizante para flores como el té de compost, ácidos húmicos, o alguno de guano. Este abono le servirá para poder florecer mucho mejor y que se vea más verde.
Te recomendamos en maceta añadir compost a tu mezcla de sustrato y algo de perlita porque esto hace que el sustrato se vuelva muy aireado y evitarás que no se encharque nunca.
Si lo vas a plantar en jardín elige una zona con mucho sol y añade varios puñados de compost en la zona en la que se va a plantar.
Fertilízala cuando la podas en invierno y al inicio de la primera.
Paso 6: Poda
Es recomendable podarla en invierno. Antes de finales del invierno, porque a finales de invierno ya está formando los ramitos de flores y si la podas en primavera te vas a cargar toda la floración. Porque la lavanda forma las flores en todas las puntas de las ramas que tiene.
Para cortarla, te recomendamos que no sea por la zona leñosa. Tienes que podarla por las partes de la planta que todavía estén verdes.
Paso 7: Control de plagas y enfermedades
- Prevención natural: La lavanda es resistente a muchas plagas, pero puedes usar métodos naturales para mantenerla saludable. Plántala cerca de otras plantas repelentes de insectos como la menta y la albahaca.
- Jabón insecticida: Si notas plagas como pulgones, rocía la planta con una solución de jabón biodegradable y agua.
- Inspección regular: Revisa tus plantas regularmente para detectar signos de plagas o enfermedades y actúa de inmediato con métodos naturales si es necesario.

¿Cómo drenar el suelo?
La lavanda no tolera el exceso de humedad en las raíces, por lo que es fundamental preparar un recipiente adecuado y un sustrato que permita que el agua fluya fácilmente. Elige una maceta de al menos 30 cm de profundidad y asegúrate de que tenga agujeros de drenaje en la base. Sin ellos, el agua se estancará y la planta podría pudrirse.
Para comenzar, coloca en el fondo de la maceta una capa de 2 a 5 cm de material drenante, como grava, piedra volcánica o trozos de cerámica rota. Esto evitará que el sustrato tape los orificios y ayudará a que el exceso de agua se evacue correctamente. Luego, prepara una mezcla de tierra especial para lavanda. Lo ideal es combinar una parte de tierra universal o de jardín, una parte de arena gruesa de río (nunca arena fina de construcción) y una parte de perlita o grava fina. Esta mezcla ligera y suelta imita las condiciones secas y aireadas que la lavanda necesita para desarrollarse.

Fertilizante casero para lavanda
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